Absceso cerebral: todo lo que necesitas saber

Un absceso cerebral es una acumulación de pus que se desarrolla como respuesta a una infección o traumatismo. Sigue siendo una afección grave y potencialmente mortal.

En el pasado, un absceso cerebral era “invariablemente fatal”, pero los investigadores escribieron en 2014 anotado que los avances en el diagnóstico y el tratamiento han aumentado significativamente las posibilidades de supervivencia.

Los efectos varían según el tamaño del absceso y dónde se forma en el cerebro.

Entre 1.500 y 2.500 casos En Estados Unidos, cada año se producen abscesos cerebrales. Los abscesos cerebrales afectan con mayor frecuencia a hombres adultos menores de 30 años. Entre los niños, se desarrollan con mayor frecuencia en aquellos de entre 4 y 7 años. Los recién nacidos también corren riesgo.

Los programas de vacunación han reducido la incidencia de abscesos cerebrales en niños pequeños.

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Síntomas

Los signos y síntomas de un absceso cerebral son los siguientes:

  • Dolor de cabeza (69-70 por ciento de los casos)
  • fiebre (45–53 por ciento)
  • convulsiones (25-35 por ciento)
  • náuseas y vómitos (40 por ciento)

Una convulsión puede ser el primer signo de un absceso. Las náuseas y los vómitos tienden a aparecer a medida que aumenta la presión dentro del cerebro.

El dolor generalmente comienza en el lado del absceso y puede comenzar de forma lenta o repentina.

Los cambios en el estado mental ocurren en el 65 por ciento de los casos y pueden conducir a:

  • confusión
  • somnolencia y letargo
  • irritabilidad
  • falta de concentración mental
  • Poca capacidad de respuesta
  • procesos de pensamiento lentos
  • coma (posiblemente)

Entre el 50 y el 65 por ciento de las personas con abscesos cerebrales sufren problemas neurológicos. Estos problemas suelen aparecer después de un dolor de cabeza y aparecen en cuestión de días o semanas. Pueden incluir:

  • debilidad muscular
  • debilidad o parálisis en un lado del cuerpo
  • Problemas del habla, como dificultad para hablar
  • mala coordinación

Otros síntomas pueden incluir:

  • rigidez en el cuello, la espalda o los hombros
  • visión borrosa, doble o grisácea

Los síntomas de un absceso cerebral son el resultado de una combinación de infección, daño al tejido cerebral y presión sobre el cerebro a medida que el absceso crece y ocupa más espacio.

Si el dolor de cabeza empeora repentinamente, puede significar que el absceso ha estallado.

En dos tercios En la mayoría de los casos, los síntomas persisten hasta dos semanas. En promedio, los médicos diagnostican el problema ocho días después de que comienzan los síntomas.

Causas

Lo más probable es que un absceso cerebral sea el resultado de una infección bacteriana o fúngica en alguna parte del cerebro. Los parásitos también pueden causar un absceso.

Cuando las bacterias, hongos o parásitos infectan una parte del cerebro, se produce inflamación e hinchazón. En estos casos, el absceso estará formado por células cerebrales infectadas, glóbulos blancos activos y muertos y los organismos que causan el problema.

A medida que las células se acumulan, se forma una pared o membrana alrededor del absceso, lo que ayuda a aislar la infección y evitar que se propague al tejido sano.

Si un absceso se hincha, aumenta la presión sobre el tejido cerebral circundante.

El cráneo no es flexible y no se puede expandir. La presión del absceso puede bloquear los vasos sanguíneos, impidiendo que el oxígeno llegue al cerebro, lo que provoca daños o la destrucción del delicado tejido cerebral.

Cómo entra la infección al cerebro

Las infecciones cerebrales son bastante poco comunes por varias razones.

Una de las razones tiene que ver con la barrera hematoencefálica, una red protectora de vasos sanguíneos y células. Esta impide el paso de ciertos componentes de la sangre que fluye hacia el cerebro, pero permite el paso de otros.

A veces, una infección puede atravesar la barrera hematoencefálica. Esto puede suceder cuando la inflamación daña la barrera y provoca la formación de fisuras.

La infección entra al cerebro a través de tres vías principales.

Puede:

  • Vienen a través de la sangre desde una infección en otra parte del cuerpo.
  • se propaga desde un sitio cercano, como la oreja
  • resultado de una lesión traumática o cirugía

Infección de otra zona del cuerpo.

Si se produce una infección en otra parte del cuerpo, los organismos infecciosos pueden viajar a través del torrente sanguíneo, eludir la barrera hematoencefálica y entrar e infectar el cerebro.

Entre 9 y 43 por ciento Los abscesos son resultado de patógenos que viajan desde otra parte del cuerpo.

Muchos abscesos cerebrales bacterianos se originan a partir de una lesión en otra parte del cuerpo. Es fundamental encontrar esa lesión primaria, ya que de lo contrario podría volver a producirse una infección en el futuro.

Una persona con un sistema inmunológico debilitado tiene un mayor riesgo de desarrollar un absceso cerebral debido a una infección transmitida por la sangre.

Una persona puede tener un sistema inmunológico debilitado si:

  • tener VIH
  • tener SIDA
  • Son bebés menores de 6 meses.
  • están recibiendo quimioterapia
  • están usando medicamentos esteroides a largo plazo
  • Han tenido un trasplante de órgano y toman medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo del órgano.

Las infecciones más comunes que se sabe que causan abscesos cerebrales son:

  • Endocarditis, una infección de la válvula cardíaca.
  • neumonía, bronquiectasias y otras infecciones y afecciones pulmonares
  • Infecciones abdominales, como la peritonitis, una inflamación de la pared interna del abdomen y la pelvis.
  • cistitis, o inflamación de la vejiga, y otras infecciones pélvicas

Contagio directo

Una infección puede propagarse desde un área cercana, y esto explica 14–58 por ciento de abscesos cerebrales.

Si una infección comienza dentro del cráneo, por ejemplo en la nariz o el oído, puede propagarse al cerebro.

Las infecciones que pueden desencadenar un absceso cerebral incluyen:

  • otitis media o infección del oído medio
  • sinusitis
  • Mastoiditis, una infección del hueso detrás de la oreja.

La ubicación del absceso puede depender del sitio y del tipo de infección original.

Traumatismo directo

Un absceso cerebral puede ser resultado de un traumatismo, como una cirugía neurológica o una lesión cerebral penetrante.

Un absceso puede ser resultado de:

  • Un golpe en la cabeza que provoca una fractura de cráneo expuesta, en la que fragmentos de hueso son empujados hacia el cerebro.
  • la presencia de un cuerpo extraño, como una bala, si alguien no lo retira
  • Una complicación de la cirugía, en casos raros

Diagnóstico

Para diagnosticar un absceso cerebral, el médico evaluará los signos y síntomas y analizará los antecedentes médicos y de viajes recientes del paciente.

Necesitarán saber si el individuo:

  • Ha tenido una infección recientemente
  • tiene un sistema inmunológico debilitado

Los síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades y afecciones, por lo que puede llevar tiempo confirmar el diagnóstico. El diagnóstico será más sencillo si el médico puede determinar exactamente cuándo comenzaron los síntomas y cómo progresaron.

Las pruebas pueden incluir:

  • Un análisis de sangre para comprobar si hay niveles altos de glóbulos blancos, lo que puede indicar una infección.
  • Estudios de diagnóstico por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada, en los que un absceso aparecerá como una o más manchas
  • una aspiración guiada por TC, un tipo de biopsia con aguja, que implica tomar una muestra de pus para su análisis

El número de muertes por abscesos cerebrales ha disminuido en las últimas décadas, debido al uso cada vez más rutinario de exploraciones por tomografía computarizada y resonancia magnética para su detección.

Tratamiento

El tratamiento generalmente implica cirugía y medicación.

Por lo general, si un médico sospecha que hay un absceso cerebral, recetará inmediatamente antibióticos de amplio espectro, porque un absceso puede poner en peligro la vida.

Si las pruebas muestran que una infección es viral en lugar de bacteriana, el médico modificará el tratamiento en consecuencia.

La eficacia del tratamiento dependerá de:

  • el tamaño del absceso
  • ¿cuantos abscesos hay?
  • La causa del absceso
  • El estado general de salud de la persona.

Si el absceso mide menos de 1 pulgada de diámetro, es probable que la persona solo reciba antibióticos, antimicóticos o antivirales por vía intravenosa. Sin embargo, es posible que el médico deba drenar un absceso más pequeño para determinar qué antibióticos serán los mejores.

Si un absceso mide más de 1 pulgada de diámetro, el médico deberá aspirarlo, drenarlo o cortarlo.

Si hay varios abscesos, extirparlos puede ser demasiado arriesgado. El cirujano recomendará la aspiración.

La persona también necesitará tratamiento para cualquier infección primaria, por ejemplo en los pulmones, el abdomen o la nariz.

Cirugía

Una persona puede necesitar cirugía si:

  • La presión en el cerebro continúa aumentando
  • El absceso no responde a la medicación.
  • Hay gas en el absceso.
  • Existe el riesgo de que el absceso reviente.

Una craneotomía es un procedimiento en el que el cirujano hace una abertura en el cráneo.

Los pasos son los siguientes:

  1. El cirujano afeitará una pequeña zona del cuero cabelludo.
  2. Quitan un pequeño trozo de hueso para poder acceder al cerebro.
  3. Pueden eliminar el absceso o drenar el pus, posiblemente con la ayuda de una tomografía computarizada.
  4. Reemplazan el hueso y suturan la piel.

Medicamento

Un tratamiento corto con corticosteroides en dosis altas puede ayudar si hay aumento de la presión intracraneal y riesgo de complicaciones, como meningitis.

Sin embargo, los médicos no prescribir corticosteroides como medida de rutina.

Un médico puede recetar anticonvulsivos para prevenir convulsiones, y una persona que ha tenido un absceso cerebral puede necesitar tomar anticonvulsivos hasta por 5 años.

Perspectiva

Los estudios muestran que 5–32 por ciento Los abscesos cerebrales son fatales.

Entre quienes sobreviven, puede haber efectos duraderos, según la magnitud del daño. Un absceso cerebral puede provocar problemas neurológicos a largo plazo, que incluyen problemas con la función física, cambios de personalidad y convulsiones.

Es importante reconocer los posibles síntomas de un absceso cerebral y buscar ayuda de inmediato si se presentan. Cuanto antes reciba una persona el tratamiento, más probabilidades hay de que sea eficaz y mayores serán las posibilidades de supervivencia.

El pronóstico también depende de las características del absceso. Los abscesos múltiples y aquellos ubicados en zonas profundas del cerebro son más difíciles de tratar.

El médico controlará a la persona durante la recuperación, ya que el absceso puede volver a aparecer. Esto puede implicar someterse a una tomografía computarizada semanal durante al menos 30 minutos. Al menos 2 semanasAdemás, un absceso puede volver después de meses o años, por lo que el seguimiento a largo plazo es esencial.

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